Ya el trazo es sibilino, casi sicalíptico. Obliga a besar antes de mirar y mirar antes de pensar. Y antes de que lo adviertas, se te enreda.
El tres llama a enredarse y el dos es una arandela para sujetarte, con pinzas, claro.
Si la sabiduría es romana, las 23 puñaladas a Julio César debieron haberme hecho sospechar.
Pero me gustó la idea de que, según el código de telégrafos, indicara una línea nueva. Y hay números que se marcan, y otros que marcan vidas.
Venero y odio a partes iguales el 23 desde hace 23 años. Feliz aniversario
2 comentarios:
Pues son esas cosas que a veces, suceden, que por besar antes de pensar, o por no haber besado de tanto pensar, terminas por arrepentirte. Sé de lo que hablo.
petons
Enric
muy creativo y diferente :) el 23 de la linea de nueva de telegrafos me hizo reir no esta tan mal como las puñaladas
saluudos
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