viernes, 9 de julio de 2010

... es tan fácil romperse







Cada noche, de vuelta del trabajo, con la mente puesta en lo que haré cuando esté en casa, en la temperatura que hará en la calle o si me encontraré con alguien por sorpresa, hay un sonido que rompe cualquier cadena de pensamientos. Y ocurre prácticamente todas las noches. Y siempre surte el mismo efecto: mente en blanco y sonrisa, aunque, como hoy, vuelva sumida en millones de idas y venidas tristes.
Toca el xilófono de madera. Suele puntear la madera con algunas notas de 'El inspector gadget' -aunque a veces no estoy muy segura de que termine de clavarla-. Y como sólo paso una vez no sé cómo será de amplio su repertorio. Pero siempre sonrío. Aunque él continúe sin levantar la vista de sus pequeñas baquetas palillo. Hoy tuve que llevármelo dibujado. Porque sonreír hoy... costaba.

5 comentarios:

la chica de las biscotelas dijo...

qué bonita la entrada! y que guay esos momentos de respiro de bucle mental...

Salomé dijo...

Esas sonrisas de quita y pon siempre hay que llevarlas encima.

:)

ANNE :) dijo...

awww que tierno lo ultimo!! :D

patapalo dijo...

ESA SENSACIÓN LA HE VIVIDO:

El xilófono me arranca por un instante del ensimismado mundo de la rutina.Intento atrapar ese momento plancentero pero....sigo mi camino:

El tiempo no responde,el ciclo del día se cierra y anochece en el mismo asiento dónde hace horas había visto amanecer.

Elena -sin h- dijo...

Por estas cosas (y por ti)he conseguido adorar esta ciudad. Aunque tantas veces nos desangremos en sus calles.