martes, 14 de diciembre de 2010

blo-que-o-qué


He tenido varios blogs. Varios puntos de apoyo y de desahogo. Supongo que en parte de creación, pero no solía volver a ellos porque tenía sensaciones raras releyéndolos. Mirando comentarios, historias... no sé.

Hace tiempo que escribo ficción de nuevo de manera más ordenada. Hace un par de días, como le decía a alguien, hice "trampa" rescatando un texto escrito en este blog para un ejercicio. No sé, me gustaba, no creía que tuviera que perderse sin más. No sé si tiene una historia pero posiblemente salve el ejercicio. Y en fin, como le decía a otro alguien, esto de trabajar (re)escribiendo y escribir relatos termina por hacerte pensar que eres "una máquina de hacer letras y líneas"... Es cierto, no obstante, que antes escribía cada día mis historias y hoy intento salvar con poco acierto las de otros; así que me apetece más leer y escribir. Ayuda tener cerca gente que sepa de lo que hablas y entiende tu lenguaje. Parándome a pensarlo, es una suerte inmensa. Hablo de Sherezade o de LCAgent, gente sin la que muchas de mis letras no saldrían... Divago y pierdo el hilo. A lo que iba.

Esto de rescatar textos me ha llevado más allá y he barrido Lluvia embotellada, balsa en la que me seguisteis algunos, y lejos de encontrarme con temas tristes o revuelvestómagos, he encontrado relatos que nunca pudieron crecer porque me olvidé de ellos y personajes que podrían tener vida propia. Hay quien me ha dicho que me olvide de pensar que hago trampa y que hay que acabar las cosas que se empiezan. La semana pasada me puse de reto simplificar las tramas para que sean más fuertes (simplificar nunca fue lo mío, pero tampoco acabar las todas las cosas que empiezo... si no sé a veces ni seguir un discurso coherente) y esta voy a intentar rescatar personajes y tramas.

Realmente hacerlo ha sido lo único que me ha salvado del bloqueo. Y me he sorprendido encontrándome en letras a las que no sé muy bien cómo llegue y bajo qué sentimiento. Esto me pasa -otra vez- por no ir escribiendo día a día lo que se me va pasando por la cabeza. Y la memoria es selectiva y una cabrona y me siento bien por no haber borrado algunas pistas de estas...

Ejemplo (no voy a tocar nada y le saco millones de fallos, pero eso era, y me hace sentir extrañamente bien, y me resulta familiar en estos días... Aunque no termine de verle mucho valor estético, me intriga saber qué me llevó a pensar aquello)...

Wednesday, 28 February 2007

(sin) ARGUMENTOS

Abrió el ventanal que daba a la salida de incendios. Le avistó allá abajo, como una hormiga en mitad de un parque de faros y humo. Las máquinas rompían sin tregua todo tipo de materiales en el edificio contiguo; los escombros caían en mil pedazos, dejando las estalactitas de tiza blanca y naranja, un nuevo trazo artístico dibujado sin intención.

Caen los escombros como caen las relaciones o como caen los lazos poco atados. Y como caen, uno a uno, los trabajadores de las empresas; relegados a un paro que no buscaron las horas que echaron de más ni sus virtudes. Sin indemnización y sin sonrisa.

Condenados a frenar el cuesta abajo de la frustración, que se dirige sin freno hacia el final de la calle. Donde esperamos sentados.

Donde está él, sentado.

El boulevard en este extraño invierno ni siquiera le regala una media sonrisa. Con las manos en la cara; alternando en algún momento los codos en las rodillas, se deja perder el punto de apoyo. Y sólo escucha el silencio, respirando en un cruce de calles atascadas de coches y autobuses, de sirenas y cláxones.

Y ella, que bajó balanceándose firme, le regala un abrazo por la espalda.

El café en vaso de papel aún humea, y remueve con una cucharilla amarillenta los restos de azúcar gruesa. Aprieta el vaso con fuerza y la mira con media sonrisa. Quiere salir el sol, pero la niebla es más fuerte.

- ¿Cómo estás? -

- Ya ves, sorprendido, pero tú... ¿tú por qué te entristeces? -

- Porque me come la rabia, y porque no estarás tú, ni ellos, ni otros tantos y porque el ascensor tarda veinte siglos sin vuestras conversaciones.

- Desde ayer, todo son veinte siglos -


...Qué frágil es todo en los tiempos fugaces que dibujan nuestras esferas digitales

5 comentarios:

Trapi dijo...

Muchas veces echar la vista atrás nos puede traer mucha sorpresas.


Saludos

Elena -sin h- dijo...

Siempre he pensado que -ahora- somos un cúmulo de todo lo que fuimos -antes-. Y viéndote ahora, aquello solo puede ser bueno.

kay dijo...

Siempre lo es :)
Ya sabes que no soy de borrar sino de reconstruir, y redescubrir... y me siento afortunada! (guapa, guapa y guapa)

dani dijo...

yo empiezo tal vez a hacerme mayor o pragmático porque pienso que no importa demasiado ni el orden, ni el fondo, ni el cómo, ni el cuando, ni absolutamente nada, nada, nada. nada más que decir lo que se quiere en un momento dado, libremente, sin estilo, con derroche, con excesos, con atropellos y arbitrios, con prisa, sin ataduras, fuerte o muy fuerte, acariciando cada verdad o mentira que queramos escribir como si fuera putamente la última de nuestras vidas. y que con eso somos suficientemente sinceros para ahorrarnos el trance de pensar en el ayer-hoy-mañana que pretenden regir absolutamente en esta vida, cuando lo más probable es que nada trascienda, y en caso de hacerlo, hay muchos números para que no sea aquéllo que un día pretendimos.

quisiera hablar contigo muchas horas, y pensar en cosas y sitios y personas y recuerdos y todo aquéllo que un día soñamos o prometimos o hablamos y madrid o barcelona, y sólo siento que la vida va tan rápido...ojalá nos veamos pronto belén! leer estas cosas, y pensar en el pasado siempre me pone nostalgiquérrimo.

va, nos veremos pronto. iré a madrid un día de estos y comeremos en cualquier lado!

kay dijo...

cuando te leo me doy cuenta de cuánto te echo de menos, dani baba sule