Nunca he creído en la frase de Sabina que dice que "al sitio donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Durante mucho tiempo me daba pánico pasar por determinadas calles -podía ser cualquiera, en todas quedaba algo- e incluso abrir algunos libros. En el extraño viaje en que llevo inmersa casi dos años estoy redescubriendo espacios a distinta temperatura y luz -un ejercicio que practico desde que era pequeña- y desetiquetando lugares para sobreescribir recuerdos sobre presentes. Hace un par de días volví al parque que más recuerdo. Fue extraño redescubirlo. Había un perro de piedra al que siempre metía piedras en la boca y al que me subía para jugar que hacía de centinela del Palacio de Aiete. Pues bien, el otro día me volví a acercar a él. No tenía una sola piedra en la ranura de la boca (¡malditos!) y... me llegaba a la cadera... Todo parece mucho más grande de pequeño... O no. No lo tengo tan claro. Sigo sintiendo inmensos todos esos sitios donde fui feliz y traté de volver.
en ocasiones no damos cuerda al reloj en la dirección adecuada y con la potencia precisa. Llegar a tiempo no siempre equivale a llegar en hora o según los planes. Porque a veces, llegamos a tiempo cuando perdemos el autobús, cambiamos los planes en el último segundo o improvisamos un viaje solos
viernes, 13 de agosto de 2010
sílabas contraespejos
Nunca he creído en la frase de Sabina que dice que "al sitio donde has sido feliz no debieras tratar de volver". Durante mucho tiempo me daba pánico pasar por determinadas calles -podía ser cualquiera, en todas quedaba algo- e incluso abrir algunos libros. En el extraño viaje en que llevo inmersa casi dos años estoy redescubriendo espacios a distinta temperatura y luz -un ejercicio que practico desde que era pequeña- y desetiquetando lugares para sobreescribir recuerdos sobre presentes. Hace un par de días volví al parque que más recuerdo. Fue extraño redescubirlo. Había un perro de piedra al que siempre metía piedras en la boca y al que me subía para jugar que hacía de centinela del Palacio de Aiete. Pues bien, el otro día me volví a acercar a él. No tenía una sola piedra en la ranura de la boca (¡malditos!) y... me llegaba a la cadera... Todo parece mucho más grande de pequeño... O no. No lo tengo tan claro. Sigo sintiendo inmensos todos esos sitios donde fui feliz y traté de volver.
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3 comentarios:
Una canción de Mercedes Sosa dice que "uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida"
Eu estou agora nun deses sitio!
me propuse hace dos años reescribir todos los sitios donde fui feliz y al tiempo se pusieron a sangrar. pero... la sangre empezó a ser vida :)
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