martes, 18 de mayo de 2010

23.42




Cuando arrancó el metro el sombrero victoriano seguía allí.
Lo observé desde distintos ángulos a un minuto de marchar. Llegué a buscar un as de corazones pero sólo encontré polvo. Y Alicia (que no me perdona que lo dejara allí...) tampoco estaba.

¡Caerse con tanta elegancia en el andén...! qué manera más descarada de llamar la atención... Se sabe seguro porque nadie dejará morir de frío a un sombrero de copa.
Ni siquiera si esta madrugada alguien está doblándolo para que quepa en la basura. Porque mientras alguien lo hace trizas, éste u otro alguien en algún sitio lo mantiene vivo con una historia.

Coger el metro que no esperas siempre tiene premio.
Fue un gran escenario para acabar un libro.

Pd: para 'Vagones y mazmorras', 2010
Pd2: A esta canción le va 'Love' de http://www.myspace.com/tibiandhercello

5 comentarios:

alZhu dijo...

Qué descaro y cuánto cuento repleto de sombreros mágicos y alicias escurridizas.

Alonso Trenado dijo...

debiste dejar el libro bajo el sombrero...alguien hubiese descubierto la magia

V dijo...

gran escenario orlado con descaro y ruido de andén... que bueno, kay

patapalo dijo...

Nunca en hora!, pensó mientras indultaba al sombrero de una muerte segura por aplastamiento.

El sombrero,agradecido decidió condecederle un deseo.

Jota,solitario, entró en un vagón en dirección al turno de noche. Cuidadosamente posó sus ojos
sobre un agujero situado en la copa del mismo,como si fuese un caleidoscopio. En ese momento tuvo una reveladora visión,dentro,apareció un pequeño espejo.


Sorprendido,descubrió que podía distorsionar el tiempo justo a la medida de sus necesidades. Agilizándose y ralentizándose según los caprichos de su voluntad.


Después de aquello,nunca mas apareció por aquella estación.

DISCULPA POR ENTROMETERME Y FINALIZAR ESTA HISTORIA TAN INTERESANTE.

kay dijo...

:) no vale disculparse cuando das en el clavo. muchas gracias