jueves, 24 de septiembre de 2009

todo el mundo teme al vacío desde que arrancaron los tiempos quizá por eso existe lo que se llama horror vacui y todo el mundo coincide en que algo que está muy lleno está también muy vacío y el hombre tiende a llenar todos los huecos de su vida para no estar solo y nadie quiere vivir vacío aunque esté solo y a veces alguien no quiere parar sólo para no darse cuenta de que está más solo que la una y estar solo a veces es lo mejor que puede pasarte porque como dicen algunos vivimos ganándole batallas a la soledad pero nadie se atreve a mirar de frente a un día sin planes o a una hoja vacía porque parece que el vacío no tiene nada y nadie se ha parado a pensar y no lo entiendo cómo es fácil rellenar espacios sin decir nada y a veces los vacíos y los silencios significan mucho más y tienen más fuerza que las melodías más bonitas o los espacios llenos de gente que no para de hablar con palabras vacías y todo esto es totalmente accesorio pero también te enseña a elegir cómo cuándo y dónde puedes llenarte y cómo cuándo y dónde vaciarte

estar vacío es estar completamente lleno

5 comentarios:

An@ dijo...

Pues aquí seguiré yo leyendo!

Enric Draven dijo...

O los vacios son pequeñas faltas de esperanza, quien sabe.

Saludos de nuevo Kay, te añado en mis RSS para seguirte de cerca :) yo tambien escribo sin ninguna pretension, sin buscar lectores extra. Escribo de oficio tambien :)

un beso

Enric

E dijo...

Sobre huecos y vacíos, te voy a recomendar un libro, por si no lo has leído. "La escala de los mapas", de tu tocaya Belén Gopegui. Mi descubrimiento absoluto del verano.


Un beso, preciosa.

pqueno dijo...

a veces, los extremos se tocan

y todo se llena de un inmenso vacío, algo así como enbotellar aire para que el día que te falta, y sientes esa presión en el pecho, puedas respirar, y mirar de nuevo adelante

es un placer seguir siguiéndote

abrazos ausientes y cansados de ser partidos,y un beso, de algo así como un primo (no tan) lejano, desde el norte

Alonso Trenado dijo...

'Para sentirte vacío has tenido que notarte lleno, de otro modo no serías consciente del enorme hueco que tienes dentro'
T.X. le escuchó decir esto a su abuelo y estuvo días meditando. Al final no le pareció tan brillante el juego de palabras 'para sentirme lleno, también he de haberme sentido vacío alguna vez. ¿Si no cómo iba a notar la diferencia?'

Y decídió que a partir de ese momento sus vacíos los llenaría con lo que a él le diese la gana. Y lo que le dio la gana fue llenarlos de todo lo malo, porque de todos es sabido que los vacíos son sacos sin fondo y de allí nada puede escapar.