jueves, 20 de febrero de 2014

Inspirado en Colinas como elefantes blancos

Se desplomó como un saco de arena y se arrastró por el suelo, dejando un hilo de vida silencioso por el pasillo. "Julián", susurró. "Me muero". Levantó el brazo derecho suplicando a la primera puerta que le permitiera ponerse en pie. Una vez, dos veces. A la tercera no fue la vencida. Estampó la mano contra la pared y la golpeó. "¿Alguien me escucha?". Una ventana, al fondo del pasillo, en la habitación pequeña, se batía en duelo con el marco. La corriente era tan fuerte que le levantaba la falda del vestido, cubierto de sangre cada vez más seca. No tenía fuerzas ni para secarse las lágrimas así que optó por bebérselas. No lo hacía a propósito. "Julián, me muero". Notó una fuerte sacudida. Dos, tres. Esta vez la tercera sí cumplió con lo previsto. Los ojos de Julián se le clavan tan fuerte como las uñas que llevaba diez minutos clavándole en los antebrazos. "Marina, estás soñando, es una pesadilla, estás bien, bien, muy bien". "Tengo sed", responde ella mojándose con la lengua los labios acartonados. "Oye, no puedes seguir así, no duermes y cuando duermes sueñas feo". Ella baja la cabeza y rehuye la mirada de su marido. Él la besa el pelo, el cuello, la nariz, los labios. "Yo te quiero mucho, ¿es que crees que no te quiero". "Yo sólo quiero dormir". Alarga el brazo para dejar el vaso en la mesita de noche y mira de reojo la estantería de libros. Suspira. "¿Dónde está nuestro album? Se frota los pies fríos y agarrando la almohada, se tumba. "Lo he guardado en el trastero, porque ya las tenemos en el ordenador... Si quieres podemos intentar empezar otro". Le da la espalda a Julián, que se acaba de levantar al baño. Una ranura de luz que se cuela por la puerta. Le molesta en los ojos y gruñe bajito. "Me gustaba el album, ir colocando cosas nuevas. Me hacía ilusión recordar cosas". Le oye hacer pis, escucha la cadena. "¿Cómo dices?" "Nada". Aprieta fuerte los ojos y se acaricia la tripa. Cuando Julián entra en la cama ella aún tiene la mano en el abdomen. "¿Estás bien? Oye, si es por lo del album, lo podemos buscar...". Marina no contesta. "Yo sólo quiero dormir", dice cerrando los ojos. Desde ahí, Julián no puede ver que llora.

1 comentario:

Beauséant dijo...

la realidad se construye en pequeños gestos y en pequeños actos

por desgracia nunca logramos verlos en su conjunto...